
GALA DE MARIACHI.
El día de ayer termine temprano mi trabajo. Temprano es un decir, pues en tiempo normal salgo del trabajo entre las 7:00 y las 8:00 de la noche pero el día de ayer fue diferente: seis de la tarde y ya estaba a medio camino de la casa. Pase por el centro de la ciudad y vi que en el kiosco de la plaza de armas estaba la banda musical del estado afinando sus instrumentos. Ocupe una de las bancas a la espera de la tocada que inmediato inicio con un vals de factura nacional. Mientras escuchaba las piezas, me perdí en mis reflexiones: todos esos problemas que revolotean en la cabeza. Cuando menos lo pensé ya había pasado una hora y la banda guardaba sus instrumentos. En fin, tal vez exista algún otro día para ahora si escucharlos. Caminando dos cuadras me di cuenta que en la Plaza de la Liberación, a escasos metros de donde me encontaba, había más gente de la habitual. En t

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