GALA DE MARIACHI.
El día de ayer termine temprano mi trabajo. Temprano es un decir, pues en tiempo normal salgo del trabajo entre las 7:00 y las 8:00 de la noche pero el día de ayer fue diferente: seis de la tarde y ya estaba a medio camino de la casa. Pase por el centro de la ciudad y vi que en el kiosco de la plaza de armas estaba la banda musical del estado afinando sus instrumentos. Ocupe una de las bancas a la espera de la tocada que inmediato inicio con un vals de factura nacional. Mientras escuchaba las piezas, me perdí en mis reflexiones: todos esos problemas que revolotean en la cabeza. Cuando menos lo pensé ya había pasado una hora y la banda guardaba sus instrumentos. En fin, tal vez exista algún otro día para ahora si escucharlos. Caminando dos cuadras me di cuenta que en la Plaza de la Liberación, a escasos metros de donde me encontaba, había más gente de la habitual. En toda la extensión de la plaza dispuestas butacas y al fondo como escenario el pórtico del Teatro Degollado lleno de luces de colores. No recordaba que se festejaba la gala de mariachi que año con año se lleva a cabo por estas fechas de las fiestas patrias (día de independencia). El lugar estaba atiborrado, con la emosión del espectáculo busque una butaca que encontré al lado de unos gringos que no entendían ni jota de español. A las 8:00 empezó el show y ya sabes: luces de colores, humo por alla y la orquesta filamonica del estado de jalisco interpreto algunos temas que alguna vez cantara el ya finado Pedro Infante. Todos los presentes impacientes que aquello pues si muy bonito pero ya había que tocar el mariachi. Quince minutos después abre el concierto el Mariachi América y aquello fue una fiesta durante 40 minutos continuos, después se presento un mariachi de Los Angeles que no recuerdo su nombre, vaya que era muy bueno para ser gringo bueno, mexicanos radicados allá al otro lado del rió. Otros 40 minutos de rancheras con acompañamiento de la filarmonica. Una ligera lluvia amenaza con una cuantas gotas, apenas un chispoteo. Aquello era magno pero cuando entro el Mariachi Vargas de Tecatitlan se desbordo la locura. Muy buen escenario: al frente el teatro Degollado a los costados los edificios de la Guadalajara colonial y a mis espaldas la catedral metropolitana dominando los cielos con sus torres terminadas en pico. Regrese a casa extasiado, semejante concierto de mariachis jamás se vuelve a ver juntos.
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